lunes, 29 de junio de 2009

Deterioro Medioambiental III

DESARROLLO Y MEDIOAMBIENTE EN LA CUENCA DEL CHOAPA: UN ENFOQUE HISTÓRICO.

Desde mediados de la década de 1970 la República de Chile adoptó el modelo de desarrollo económico de "libre mercado", impulsado por la dictadura militar que encabezaba el General Augusto Pinochet e inspirado en los principios teóricos del neoliberalismo. Dicho modelo, que en la siguiente década comenzó a ser aplicado en varios países latinoamericanos y del mundo, se impuso sobre el viejo estado "benefactor", "empresario", "keynesiano" o "desarrollista", que había predominado desde los años treinta, caracterizándose por el incuestionable predominio del sector público en la conducción del proceso económico, ya que éste contaba con múltiples instrumentos, recursos y atribuciones para intervenir y regular los mercados. El "estado desarrollista" interpretaba las aspiraciones de la mayoría ciudadana que había conquistado el control del sistema político en 1938 (Frente Popular) y tenía como principales propósitos mejorar sustancialmente las condiciones de vida de los sectores sociales medios y bajos, potenciar la estructura productiva nacional y resguardar al país de las oscilaciones de la economía mundial, aún traumatizado por los efectos de la Gran Crisis de 1929. Para ello, debía orientar la producción nacional a satisfacer los requerimientos del mercado interno y a inducir el desenvolvimiento de un aparato industrial capaz de liderar el desarrollo de los demás sectores productivos y, en definitiva, de romper con la dependencia respecto de los países más poderosos del planeta. (Camus, Barcelona, España, 2000)
Anuladas las facciones y tendencias estatistas al interior del régimen militar y sus partidarios civiles, la instauración del modelo de "libre mercado" fue emprendida por un selecto grupo de técnicos economistas formados en la matriz neoliberal de la Universidad de Chicago, quienes profesaban una devoción casi religiosa en las bondades de "su ciencia" y que, además, contaban con la excepcional oportunidad de ejecutar el proyecto de transformaciones estructurales sin tener que enfrentar oposición social y política alguna. El "estado desarrollista" fue desmantelado con la reducción de sus atribuciones normativas y regulatorias, la enajenación de su patrimonio y el traspaso de sus funciones de asistencia a la población al sector privado; se consideraba que su gestión era ineficiente, pues en ella predominaban criterios políticos en lugar de los de rentabilidad, que eran los que en definitiva permitían asegurar la óptima asignación de los recursos. El estado debía abstenerse de intervenir en la economía, ya que con ello sólo lograba distorsionar el libre juego de las fuerzas del mercado y entorpecer el desenvolvimiento de los agentes privados. En adelante, el fisco debía limitar sus funciones a dirimir los conflictos entre los actores económicos, resguardar la estabilidad de la moneda, fomentar el intercambio comercial con otros países y, a garantizar el orden público; y sólo podría asumir directamente el control de algún servicio social o sector productivo que por sus bajas expectativas de lucro no fuese atractivo para la participación del capital privado. (Camus, Barcelona, España, 2000)
En el plano territorial, los efectos de la adopción del modelo neoliberal fueron devastadores para las regiones más atrasadas y cuyo progreso el "estado desarrollista" había intentado proteger y propiciar mediante la aplicación de políticas especiales. En este sentido, el caso de la cuenca del río Choapa es paradigmático. Situada a casi trescientos kilómetros al Norte de Santiago –la capital nacional-, la región atraviesa por un letargo económico que se remonta a los comienzos del siglo XIX. Desde la llegada de los conquistadores españoles, a mediados del siglo XVI, la minería se había constituido en la principal actividad productiva local, propiciando el asentamiento de importantes contingentes de población, sin embargo, el agotamiento de las reservas metálicas provocó el declive de su estructura económica y el estancamiento de su dinámica demográfica, fenómenos que se extienden hasta el presente.
A lo largo de ya casi dos siglos, los habitantes de la cuenca del Chopa se resisten a abandonar su tierra, practicando una agricultura de bajísima productividad que les permite subsistir al borde de la miseria y con la única esperanza de hallar una "mina de oro" que cambie su destino. A las puertas del tercer milenio, parece que allí el tiempo se hubiese detenido, sin que ello parezca preocupar a las autoridades nacionales y sin que nada puedan hacer sus habitantes. (Camus, Barcelona, España, 2000)

Explotación de los recursos naturales y deterioro del paisaje:
Como se ha señalado, inserta en el sistema de dominación colonial, la región de los valles transversales experimentó diversas transformaciones en su estructura económica, de acuerdo con su dotación de recursos naturales y con las demandas de los mercados y núcleos coloniales en América y Europa. (Camus, Barcelona, España, 2000)
Desde el siglo XVI hasta promediar el siglo XVII, esta estructura se caracterizó por el predominio de la minería del oro y de la ganadería como complemento. En el siglo XVIII, la agricultura, especialmente los cultivos de trigo, reemplazaron a la ganadería, producto de los requerimientos provenientes desde el Perú. Paralelamente, sin embargo, la minería se mantuvo como actividad relevante, y muchas veces supeditando a la agricultura y la ganadería a sus propias necesidades. (Camus, Barcelona, España, 2000)
Pedro Cunill ha señalado que ya desde la conquista española se inició una presión sobre los recursos forestales, especialmente sobre el mollle, el chañar y el algarrobo americano. Documentos de archivos notariales indican el empleo de estas maderas en la construcción de viviendas y edificios públicos, en los que se utilizaron "maderos de algarrobos de más de una vara de largo". Incluso, hay documentos que demuestran la presencia en el territorio de grandes sauces, cuya madera era exportada a través del río Huasco, bastante más al norte de Illapel. (Camus, Barcelona, España, 2000)
Más gravitante aún en la destrucción de los recursos naturales regionales y en la transformación del paisaje geográfico, fue la utilización de árboles y matorrales como elemento combustible básico en las fundiciones mineras, la expansión de los cultivos de trigo y la recolección con fines comerciales de la brea y el pangue. (Camus, Barcelona, España, 2000)
La utilización temprana del pangue, como planta curtiente de cueros y cordobanes necesarios para las faenas mineras, hizo disminuir su distribución a los sitios más inaccesibles. Actualmente, dicha especie se encuentra virtualmente extinguida en la región, conservándose sólo en la toponimia. (Camus, Barcelona, España, 2000)
Paralelamente con la expansión de la minería de cobre y de los cultivos de trigo en el siglo XVIII, se requirió despejar las laderas de los cerros para obtener más tierras de cultivo y mayores cantidades de combustible para alimentar hornos y fundiciones. El derecho minero colonial, no modificado hasta la década de los setenta del siglo XIX, establecía la figura del "denuncio de bosques", que permitía al minero talar los bosques cercanos a su yacimiento para llevar a cabo las faenas. (Camus, Barcelona, España, 2000)
En consecuencia, la tala destructiva de la vegetación arbustiva y arbórea de la región de los valles transversales se acentuó notablemente. Minas y trapiches requerían de recursos como la madera y los matorrales para emplear como combustible y para la alimentación de los animales de carga. Una vez agotada la veta, las actividades extractivas se trasladaban a otro lugar, repitiendo la tala de árboles y arbustos, especialmente de los espinos que abundaban en la región. A fines del siglo XVIII existían alrededor de cuarenta fundiciones entre Copiapó y Aconcagua. Según Vicuña Mackenna, posteriormente a la introducción del horno de reverbero de Carlos Lambert, entre 1831 y 1851 se produjo la destrucción casi total de chañares, molles, algarrobos, espinos, arbustos y matorrales como el talguén. (Camus, Barcelona, España, 2000)

Conclusiones de la Investigación:

Los antecedentes históricos señalados evidencian la intensa explotación a la que ha sido sometida la cuenca del río Choapa. Pensamos que buena parte de las características de pobreza y degradación ambiental que la región presenta en la actualidad, derivan de los procesos de explotación socio-económica y ambiental que se han acumulado en el territorio de análisis en el transcurso de casi cinco siglos, especialmente en el período de explotación del cobre y de expansión de los cultivos de trigo, que provocaron la devastación de la vegetación xeromórfica que abundaba desde Copiapó a Petorca.
Durante el siglo XIX, después del avance de la frontera minera hacia Atacama, la región ha experimentado una crisis permanente, pues no ha repetido el esplendor que tuvo en la época del oro y el cobre. Sin embargo, por sus condiciones climáticas y agronómicas, la cuenca del Choapa tiene una alternativa de desarrollo en la agricultura de primores, es decir, frutas y verduras que alcanzan su madurez antes que en la zona central de Chile, lo que representa una notable oportunidad de mercado y progreso hasta ahora ignorada. (Camus, Barcelona, España, 2000)
Durante el siglo XX, la disputa por el uso del agua del río Illapel demuestra que los agricultores de la zona están conscientes del potencial agrícola de la región. Sin embargo, el eterno problema ha radicado en la disponibilidad de riego. Un impulso productivo para la región precisa de un ordenamiento inteligente y eficaz del recurso, por lo que la creación de un embalse de regulación para las aguas del río Illapel, tal como recientemente lo ha propuesto el Ministerio de Obras Públicas de Chile, es una medida apropiada, pues aseguraría la disponibilidad del vital elemento durante los prolongados períodos de sequía que se suceden en el Choapa. (Camus, Barcelona, España, 2000)

Fuente: Universidad de Barcelona, España, 15 de Enero, 2000.
Link:http://www.ub.es/geocrit/sn-56.htm
Pablo Camus Licenciado en Historia Magíster en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente Doctor (c) en Historia.