lunes, 29 de junio de 2009

Investigación Científica III

Informe Final
Delincuencia en Chile: Determinantes y Rol de las Políticas Públicas:


La delincuencia aparece sistemáticamente como una de las principales preocupaciones de la ciudadanía en todos los estudios de opinión pública. Las tasas de denuncias de los delitos de mayor connotación social -robo con violencia (robo con violencia propiamente tal, robo con intimidación y robo por sorpresa); robo con fuerza en las cosas (sea o no en lugar habitado); lesiones; violación; homicidio y hurto- se han elevado significativamente en los últimos años. Es así como por ejemplo, las denuncias por robo por cada 100 mil habitantes aumentaron desde 586 en 1990 a 1.209 el año 2003, lo que implica un crecimiento superior al 100% en este período. La primera encuesta nacional urbana de seguridad ciudadana reveló que en un 40 por ciento de los hogares alguno de sus integrantes ha sido víctima de un acto delictivo. En algunas áreas como el robo con fuerza en viviendas los niveles delictivos en Chile están a la cabeza de una muestra comparada de países. (Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior, 2006).
El objetivo de este trabajo es hacer un análisis empírico sobre las causas de la delincuencia en Chile y del efecto que están teniendo algunas de las políticas desarrolladas (comuna segura y plan cuadrante) en su control. Se trata de un análisis basado en métodos econométricos que nos permitan identificar las variables que están afectando la evolución de este fenómeno en nuestro país. El modelo conceptual utilizado parte del modelo clásico de teoría del crimen (Becker, 1968). Este se basa en la teoría de la utilidad esperada para explicar los incentivos (costos y beneficios) a delinquir. (Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior, 2006).
Factores que generan el Delinquir en la Persona:

Factores biológicos:
El género de la persona es quizás el mejor predictor de crimen. En todas las sociedades donde existen registros la prevalencia de delitos es mayor entre hombres (Wilson y Herrenstein, 1985). También hay consistencia en los perfiles etáreos de la delincuencia entre países produciéndose un alza durante la adolescencia para alcanzar un Peak antes de los 20 años y luego reduciéndose gradualmente (Blumenstein et. al., 1986). Éstos son elementos que no pueden estar ausentes en un análisis empírico de la delincuencia. Hay variaciones entre ciudades y regiones que pueden afectar las estimaciones de un modelo que quiere contribuir a explicar las causas de este fenómeno.

Factores sociales:
Hay una serie de canales a través de los cuales los factores sociales pueden ejercer influencia en la tasa de criminalidad. Uno central parece ser la situación familiar, en particular la “calidad” de los padres. Una inadecuada supervisión parental, por ejemplo, promueve la criminalidad juvenil. Donohue y Siegelman (1998) han argumentado que intervenciones tempranas y que incorporan a los padres reducen la criminalidad. La proporción de hogares con jefe de hogar que son mujeres resulta a menudo ser un predictor aceptable de criminalidad (Glaeser et. al., 1996). Donohue y Levitt (2001) también ofrecen evidencia indirecta que la situación de los padres influye en la ocurrencia de los delitos. En el caso chileno hay evidencia de que la falta de preocupación de los padres aumenta el consumo de droga en los jóvenes (Valenzuela, 2005) y, posiblemente, sus niveles de actividad delictiva daría cuenta de la correlación que parece existir entre consumo de droga y actividad delictiva. (Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior, 2006).

Factores asociados al sistema de justicia criminal:
El modelo económico del crimen desarrollado por (Becker 1968) y ampliado más tarde por Ehrlich (1973) supone que los criminales se comportan racionalmente y, por consiguiente, responden a incentivos y castigos, costos y beneficios de delinquir. Los individuos deciden entre delinquir o abstenerse de ello en función de un proceso de maximización de utilidades. Así, por ejemplo, la presencia y efectividad de la policía, la dureza de las penas, la probabilidad de ir a la cárcel son todos factores que afectan la decisión de cometer un crimen. Estos elementos funcionan, en principio, de manera independiente de los antes mencionados. Empíricamente se ha demostrado que la mayor presencia de policía (Levitt, 1997; Corman y Mocan, 2000) y las mayores tasas de encarcelación (Marvell y Moody, 1994; Levitt, 1996) reducen los niveles de criminalidad. En el caso de Chile, Gracias (2002) y Núñez et. al. (2003) concluyen a grandes rasgos que este modelo tiene capacidad para predecir la evolución del crimen en nuestro país. En particular, este último estudio concluye que la tasa de efectividad de la policía, definida como la razón entre el número de capturas en un período y el número de denuncias en el período anterior reduce la tasa de delincuencia. Esta es la única variable utilizada en ese estudio que se asocia al modelo económico del crimen. (Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior, 2006).

Factores económicos:
En estricto rigor estos factores se pueden incluir como parte del modelo económico del crimen, pero para efectos analíticos parece conveniente separarlos. Éstos influencian el crimen a través de su impacto sobre las alternativas al crimen. Por ejemplo, Grogger (1998) ha argumentado que la creciente adscripción al mercado laboral que se produce con la edad puede explicar una parte sustancial de la relación entre edad y criminalidad. Por otra parte, el hecho de que muchos criminales estén empleados sugiere que hay algún grado de sustitución entre actividades criminales y no criminales. El desempleo, la pobreza y la desigualdad habitualmente se indican como causas de la delincuencia, aunque la evidencia al respecto es débil (Machin y Meghir, 2004). En todo caso, estudios comparativos entre países (Soares, 2004) no descartan la relación entre desigualdad de ingresos y tasas delictivas. En el largo plazo una mayor educación, y luego ingreso esperado, lleva a que el costo alternativo de delinquir sea más elevado y, por tanto, es probable que desincentive el delito. (Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior, 2006).

La División de Seguridad Pública, del Ministerio del Interior realizó la Encuesta de Seguridad Ciudadana, durante el año 2007 de la cual se obtuvieron los siguientes resultados:

TASA ANUAL DE DENUNCIAS POR DELITO DE MAYOR CONNOTACIÓN SOCIAL:
De una tasa por cada 100.000 habitantes.
2001: 1.542 denuncias
2004: 2.178 denuncias.
2007: 2.219 denuncias.
- Las variaciones entre el 2007/2001 en % es de 43.92% y entre 2007/2004 de -6.72%

TASA TRIMESTRAL DE DENUNCIAS POR DELITOS DE MAYOR CONNOTACIÓN SOCIAL:
De una tasa por cada 100.000 habitantes.
2006:
Primer Trimestre: 542
Segundo Trimestre: 540
Tercer Trimestre: 583
Cuarto Trimestre: 566
2007:
Primer Trimestre: 583
Segundo Trimestre: 523
Tercer Trimestre: 552
Cuarto Trimestre: 575
- Variación igual trimestre año 2007/2008 fue del primer trimestre de un 4.88%; del segundo trimestre de -3.05%, el tercer trimestre de -5.34% y finalmente del cuarto trimestre de 1.57%.

TASA TRIMESTRAL DE DENUNCIAS POR DELITOS DE ROBO CON VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN:
De una tasa por cada 100.000 habitantes
2006:
Primer Trimestre: 45
Segundo Trimestre: 61
Tercer Trimestre: 54
Cuarto Trimestre: 50

Fuente: Departamento de Seguridad Pública, Ministerio del Interior, 2007